En el artículo anterior, leímos algunos de los consejos de oro que Imam Shafi’i (rahimahul’lah) le había dado a Abu Abdus Samad, el tutor de los hijos de Harun Rashid, con respecto a cómo debería educar a ellos. A continuación hay otro consejo que le dio Imam Shafi’i (rahimahul’lah):
“Asegúrate de enseñarles el Kitab de Al’lah Ta’ala (es decir, el Glorioso Corán), pero no los obligues a aprenderlo porque entonces perderán interés en él (es decir, debes inculcarle el amor por el Corán en sus corazones para que lo aprendan con entusiasmo). Y no dejes de lado enseñarles el Corán, porque si lo haces, dejarán el Corán (es decir, nunca desarrollarán el amor y la conexión con el Corán que todo creyente debe tener en su corazón)”. [Hilyatul Awliya vol. 7, pág. 286]
El consejo anterior de Imam Shafi’i (rahimahul’lah) con respecto a la enseñanza del Glorioso Corán a los niños se extrae del consejo que Rasulul’lah ﷺ había dado con respecto a la crianza de los niños.
Rasulul’lah ﷺ una vez dijo: “Inculca tres cualidades a tus hijos al criarlos; el amor por su nabí ﷺ, el amor por los Ahlul Bayt (la bendita familia de Rasulul’lah ﷺ), y la cualidad de recitar (y memorizar) el Corán. Los portadores del Corán (es decir, los hafiz que lo recitan y practican constantemente) estarán junto con los Ambiya de Al’lah Ta’ala y Sus siervos especiales selectos, bajo la sombra del (trono de) Al’lah Ta’ala, en aquel día en que no habrá otra sombra,.” [Faidul Qadir #311]
Cuando esta es la gran virtud de la que disfrutarán los hafiz en el Día de Quiyamah, y los padres de los hafiz también serán honrados llevando hermosas coronas sobre sus cabezas, entonces todos deberíamos aspirar y desear que nuestros hijos memoricen todo el Corán. Si nuestros hijos no son capaces de memorizar el Corán completo, entonces al menos se les debe alentar memorizar algunas sura que son muy virtuosas.
Junto con esto, debemos inculcar en sus corazones la cualidad de la recitación diaria puntual del Glorioso Corán (a aquellos que son hafiz y no hafiz), ya que cuanto más lo reciten, más profundo será su apego al Corán, y más cercanos y queridos se volverán por Al’lah Ta’ala.
Sin embargo, en su consejo anterior, Imam Shafi’i (rahimahul’lah) mencionó un punto pertinente: al niño no se le debe enseñar el Corán de tal manera que comience a resentirse (¡Que Al’lah nos salve!). Más bien, los padres (y también los maestros, es decir, Mowlana, Apa, etc.) deben hacer un esfuerzo para enseñarle al niño de tal manera que él comience a amar el Corán.
Definitivamente es el deber obligatorio de los padres asegurarse de que su niño aprenda el Corán. Los niños siendo niños, sin duda requerirán algo de disciplina de vez en cuando. PERO, un enfoque tan severo nunca se debe usar todo el tiempo. Debido a que el niño comenzará a ver el aprendizaje del Corán como una carga y comenzará a asociar el Corán con el castigo.
La actitud de un niño hacia el Corán se moldea primero en el hogar, ya que es la actitud que los padres muestran hacia el Corán la que indudablemente inspirará al niño. Si los padres se comportan como si recitar el Corán fuera una carga (¡Que Al’lah nos salve!), entonces el niño también verá su tiempo en la madraza como una carga. En consecuencia, no será receptivo y eventualmente se frustrará y también a los demás, lo que lo llevará al resentimiento. A menudo se observa que un niño así, sin ser reprendido, nunca se sentirá inclinado a abrir o recitar el Corán, ya que le falta el elemento esencial del amor hacia el aprendizaje del Corán.
Por el contrario, si un niño observa a sus padres recitar el Corán diariamente, con dedicación, amor y devoción, entonces su corazón definitivamente se verá afectado e inclinado hacia el aprendizaje del Corán.
Además, al niño se le debe recordar regularmente las inmensas virtudes de aprender y recitar el Corán realizando diariamente el Talim en casa de Fazail-e-Amal de la sección “Virtudes del Sagrado Corán”. Al leer acerca de estas recompensas y recordarle al niño que las adquirirá a través del aprendizaje del Corán, su corazón naturalmente deseará asistir a la madraza y aprender.
Cuando un niño complete cierta parte del Corán (por ejemplo, su Qaidah, su primer Para / Yuz, etc.), entonces, dado que esta es una ocasión de alegría, deberíamos darle algún regalo y alentarlo a continuar y perseverar. De hecho, el regalo dado en tal ocasión debe ser mucho mejor que un premio que pueda recibir por algún logro escolar, para que el niño entienda que ningún logro escolar o logro mundano se puede comparar con ser bendecido con el aprendizaje del Corán.
Insha-Al’lah, si se utiliza un enfoque amoroso y positivo al enseñarle el Corán a los niños, desarrollarán amor por él y se acercarán más a Al’lah Ta’ala. Cuando nosotros, como padres o maestros, seamos los medios para que aprendan el Corán y desarrollen amor por él, entonces por cada letra que reciten, también recibiremos recompensa.
Que Al’lah Ta’ala nos bendiga a nosotros y a nuestros hijos con verdadero amor por el Corán, Amin.