Al’lah Ta’ala había bendecido a nabí Sulayman [Salomón] (alayjis alam) con muchas bondades. Además de ser un nabí ilustre, también fue un rey muy poderoso. De hecho, fue uno de los cuatro reyes que gobernaron el mundo entero. Además, también fue bendecido con gran sabiduría y conocimiento. De los diversos tipos de conocimiento con los que fue bendecido, estaba la capacidad de comprender el lenguaje de los animales.
En una ocasión, cuando Sulayman (alayjis alam) viajaba con su enorme ejército hacia un lugar determinado, una de las hormigas que se encontraba en ese lugar temió que el ejército pudiera pisotearlas sin saberlo y, por lo tanto, instó a las otras hormigas a refugiarse en sus hormigueros. Con la voluntad y el permiso de Al’lah Ta’ala, Sulayman (alayjis salam) pudo entender el habla de esta hormiga y le hizo sonreír.
Esto entonces le recordó los diversos favores y dádivas de Al’lah Ta’ala que estaba disfrutando, y así hizo la siguiente Dua (súplica):
رَبِّ أَوۡزِعۡنِی أَنۡ أَشۡكُرَ نِعۡمَتَكَ ٱلَّتِیۤ أَنۡعَمۡتَ عَلَیَّ وَعَلَىٰ ولِدَیَّ وَأَنۡ أَعۡمَلَ صَـٰلِحࣰا تَرۡضَىٰهُ وَأَدۡخِلۡنِی بِرَحۡمَتِكَ فِی عِبَادِكَ ٱلصَّـٰلِحِینَ
[Salomón] al oír lo que ella decía, sonrió y exclamó: “¡Señor mío! Haz que te agradezca los favores que nos has concedido, tanto a mí como a mis padres, que haga obras de bien que Te complazcan, y cuéntame, por Tu misericordia, entre Tus siervos justos”. [sura: Naml, aleya: 19]
Cuando una persona le hace un favor a otra persona, su instinto natural hará que le exprese gratitud. Por lo tanto, Al’lah Ta’ala, el Ser que nos colma de dádivas cada segundo, es mucho más digno de que expresemos nuestro Shukr (gratitud) hacia Él. Además, Shukr es un método garantizado para asegurar y retener cualquier recompensa. Siendo una gran personalidad, Sulayman (alayjis salam) entendió la importancia del Shukr en su vida. Sin embargo, al igual que otras buenas obras, la capacidad de hacer Shukr y apreciar las bondades de Al’lah Ta’ala proviene por parte de Al’lah Ta’ala. Por lo tanto, Sulayman (alayjis salam) le pidió a Al’lah Ta‘ala que le conceda el Taufiq y la capacidad de estar constantemente agradecido por Sus favores hacia él.
En la segunda parte de la súplica, Sulayman (alayjis salam) le pide a Al’lah Ta‘ala que le dé la capacidad de realizar buenas acciones que Le agraden, es decir, buenas acciones que sean aceptadas por Al’lah Ta‘ala. Una acción ‘buena’ no significa necesariamente una acción ‘aceptada’, ya que la aceptación tiene otros criterios y condiciones. Por lo tanto, cuando se lleva a cabo una buena acción, uno debe estar muy preocupado de que también sea aceptada por Al’lah Ta’ala.
En la tercera parte de la súplica, Sulayman (alayjis salam) le pide a Al’lah Ta’ala que derrame Su misericordia sobre él y lo admita en el Yannah (Paraíso) junto con Sus sirvientes piadosos de alto rango, es decir, los Ambillá (alayjimus salam) y los amigos cercanos de Al’lah Ta’ala. La entrada al Yannah solo será a través de la misericordia de Al’lah Ta’ala, y no debido a las acciones de una persona, como lo explica Rasulul’lah ﷺ en un hadiz. [Sahih Bujhari #5673] Por lo tanto, Sulayman (alayjis salam) rogó por el Yannah a través de la misericordia de Al’lah Ta‘ala. De la misma manera, un creyente siempre debe rogar a Al’lah Ta’ala por Su misericordia y la entrada en el Yannah.
Estar reunido con los siervos piadosos de Al’lah Ta’ala fue también la súplica de Yusuf (alayjis alam) a finales de su vida [sura: Yusuf, aleya: 101], así como la súplica final de nuestro Rasul ﷺ antes de dejar este mundo [Sahih Bujhari #4449]. A pesar de que Rasulul’lah ﷺ es el líder de todos los piadosos, hizo esta súplica para enseñarle a su umma la importancia de la buena compañía. Por lo tanto, para reunirse con los piadosos en el Más Allá, una persona debe permanecer en sus compañía en este mundo.