Un negociante astuto hace el inventario de su negocio con regularidad y se esfuerza por identificar las vías a través de las cuales obtiene ganancias y aquellas áreas por las que incurre en pérdidas. Luego trata de eliminar todos los pasivos y factores que generan pérdidas, reduciendo costos innecesarios, despidiendo personal adicional, etc., y pone un mayor esfuerzo en aquellas vías que le generaron ganancias. Lo hace porque comprende el propósito de su negocio: obtener las máximas ganancias.

De manera similar, Al’lah Ta’ala nos ha bendecido con un mes completo de “negocios”: Ramadán. En este mes, Al’lah Ta’ala busca cada oportunidad para bendecirnos con muchas “ganancias” hasta tal punto que por solo un acto Nafl recibimos la recompensa de una acción Fard, y por solo un acto Fard somos recompensados ​​por setenta Faraid. Por lo tanto, Ramadán es el mes para capitalizar y obtener las mayores ‘ganancias’, ya que Al’lah Ta’ala nos ofrece tremendas “ofertas”.

A medida que pasan los días de Ramadán, no debemos volvernos laxos, sino más bien adoptar la mentalidad de un negociante: “hacer inventario” y eliminar todas los “pasivos” innecesarios (es decir, distracciones) a medida que nuestra oportunidad de obtener “ganancias” se ha vuelto aún menos. Además, deberíamos maximizar el tiempo restante realizando aquellas acciones que nos proporcionen las mayores “ganancias” y recompensas.

Que Al’lah Ta’ala nos permita apreciar cada segundo de lo que queda de este bendito mes y nos salve de “incurrir en pérdidas”, amén.