Se sabe comúnmente que una mujer debe observar Purdah frente a hombres que no sean su Mahram. De ahí que se perciba que muchas mujeres, al salir del hogar para cumplir alguna necesidad, se aseguran de estar vestidas con Niqab y burka, de modo que permanezcan en recato de las miradas de los hombres no Mahram.

Sin embargo, a veces, dentro del hogar, y a veces fuera del hogar, algunas mujeres se vuelven negligentes al observar Purdah frente a ciertas personas, y las tratan como si fueran sus legítimos Mahrams, (con quienes no tienen que observar Purdah). Por lo tanto, es imperativo que uno comprenda quiénes son los Mahrams y quiénes no Mahrams de una mujer.

¿Quiénes son los Mahrams de una mujer?

Todos aquellos hombres con quienes no está permitido casarse a lo largo de su vida, se conocen como sus Mahram. Con tales personas, ella no necesita observar las leyes del Purdah, ya que no puede casarse con ellos.

Entre los Mahrams de una mujer están sus hijos, sus nietos, su padre,, sus hermanos, los hijos de sus hermanos y hermanas (sus sobrinos), los hermanos de su padre y de su madre (sus tíos), sus abuelos (paterno y materno), los hermanos de sus abuelos, su suegro y sus yernos.

Después de examinar la lista anterior de los Mahrams, es importante resaltar las siguientes tres áreas en las que las personas suelen descuidar la observación del Purdah:

(1) los primos varones NO son Mahram.

(2) De manera similar, el esposo de la hermana del padre (Fuayi) o de la hermana de la madre (Masayi) TAMPOCO son Mahram.

(3) El esposo de la hermana (cuñado) MUCHO MENOS es Mahram. Por lo tanto, uno debe asegurarse de que se observe un Purdah estricto a partir de ellos.

El cuñado

Entre los hombres que NO son Mahram de una mujer está su cuñado. En el hadiz, Rasulul’lah ﷺ dijo: “El cuñado es la muerte”. [Sahih Bujari #5232]

En otras palabras, debido a que el cuñado es considerado como parte de la familia y visita con frecuencia el hogar, las posibilidades de que la cuñada caiga en Zina con él son mayores comparando con un extraño que no tiene acceso a la casa.

Por lo tanto, Rasulul’lah ﷺ se refirió al cuñado como ‘muerte’, lo que indica que tiene el potencial de destruir por completo el Din y el Iman de una persona. Por lo tanto, la cuñada debe temer que caiga en Fitnah con su cuñado al igual que teme a la muerte, y debe adoptar y ejercer una precaución aún mayor con respecto a él.

Hurmate Musahara

Como se ve en la lista anterior, el suegro y el yerno de una mujer también son sus Mahrams. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que debido a la abundante maldad que prevalece hoy en día, el ambiente está cargado de tentaciones pecaminosas y prohibidas y la ruptura general de Haya y vergüenza, por lo tanto se debe tener Haya entre la suegra y yerno, nuera y suegro, y hasta cierto punto, se debe tener gran precaución.

Si uno es negligente en este sentido y se produce un contacto lujurioso entre ambos, las consecuencias serán muy graves y el Nikah se romperá permanentemente.

Los Fuqaha (juristas) explican que si el yerno y la suegra, o la nuera y el suegro se abrazan, se dan la mano, etc. y ambos o uno de ello tiene lujuria durante el contacto, entonces se romperá el Nikah del yerno o la nuera con su cónyuge. Por lo tanto, el yerno debe abstenerse de abrazar o tocar a su suegra, y la nuera debe abstenerse de abrazar o tocar a su suegro, y viceversa.

Por lo tanto, para mantener a salvo nuestros Nikah se DEBE tener suma precaución. El yerno y la suegra, o el suegro y la nuera, deben evitar estar recluidos, abstenerse de cualquier contacto físico y evitar ser demasiado casuales entre ellos.

De hecho, la precaución requiere que incluso se evite dar y recibir algo directamente entre sí, ya que cualquier toque accidental también podría encender la chispa de la Fitnah.

Recordemos que mientras más Haya adoptemos, más seguro estará nuestro Iman. Por el contrario, ser negligente con respecto al Haya y la Purdah, aunque sea por unos momentos, puede llevar a toda una vida de arrepentimiento y miseria eterna.

Que Al’lah Ta’ala nos bendiga a todos con Haya y proteja nuestros matrimonios, amén.