Cuando examinamos el mundo que nos rodea, encontramos que cada creación viviente, ya sea del reino vegetal o animal, requiere alguna forma de nutriente para sobrevivir y prosperar. En el caso de las plantas, la nutrición requerida generalmente vendrá de la luz solar que recibe y el agua y los minerales que absorbe a través de sus raíces. En cuanto a los animales y los humanos, sus nutrientes se encuentran en la dieta que consumen.
Sin embargo, los alimentos que consumimos y los líquidos que bebemos solo nutren y mantienen a nuestro cuerpo físico, mientras que Al’lah Ta’ala nos ha creado como seres intrincados y complejos que también han sido dotados de personalidades y mentalidades que dan forma e influyen en nuestras acciones y reacciones. En este sentido, el “nutriente” más esencial para producir un individuo estable y bien adaptado que tenga una personalidad completa y armoniosa es el nutriente del amor. Por lo tanto, si uno se ve privado de amor, especialmente desde una edad temprana, entonces esa persona sufrirá un daño desastroso y duradero.
Los estudios psicológicos han descubierto que muchos de los asesinos en serie más pervertidos y crueles del mundo compartían un rasgo común: habían sido abusados y traumatizados en su infancia. De esta manera, cuando estaban hambrientos de amor y afecto, el espíritu de bondad, compasión y empatía, inherente a cada persona, se marchitó y murió dentro de ellos, hasta que este daño luego se manifestó en el comportamiento retorcido y en los crímenes viles que cometieron.
En una escala menor, los maestros y los Ustad pueden dar fe del hecho de que, en muchos casos, cuando un niño muestra tendencias agresivas en la clase, es una indicación de que el niño está expuesto al mismo comportamiento en el hogar (ya sea que los padres sean abusivos con el niño o los padres entre ellos).
Todo esto resalta un punto vital y crucial: un hogar que es inestable y sin amor dará como resultado un niño que, en consecuencia, es inestable e incapaz de mostrar amor.
Cuando se trata del nutriente del amor, entonces el primer vínculo de amor que se le introduce al niño es el vínculo de amor que el creyente comparte con su Creador, Al’lah Ta’ala. Por lo tanto, en el mismo momento en que nace el niño, se le dice el Azan en el oído derecho y el Iqamah en el oído izquierdo, para que el primer nombre que escuche sea el nombre de su Rab, que será un medio para encender la chispa de amor por Al’lah Ta‘ala dentro de su corazón a lo largo de su vida. A partir de entonces, a medida que el niño crece y se desarrolla, debemos seguir hablando con él sobre la bondad, la misericordia, la generosidad y el amor de Al’lah Ta’ala para que su vínculo de amor con Al’lah Ta’ala pueda continuar aumentando.
El segundo vínculo de amor que debemos esforzarnos por desarrollar en nuestros hijos es el vínculo de amor que un creyente comparte con Rasulul’lah ﷺ, dado que Rasulul’lah ﷺ es la persona más digna de nuestro amor, ya que ha hecho todo por nosotros al conectarnos con Al’lah Ta’ala y guiarnos al Yannah.
El tercer vínculo de amor es el amor del Sagrado Corán. Con respecto a estos lazos de amor, Rasulul’lah ﷺ mencionó en el hadiz, “Inculca tres cualidades dentro de tus hijos; Amor por tu nabí ﷺ, amor por los Ahlul Bayt (la familia de Rasulul’lah ﷺ) y (la calidad de) recitar el Corán”. [Dailami – Ithaful Jhiyaratil Maharah #7753 y Shirazi & Ibnun Nayyar – Faizul Qadir #311]
Debe recordarse que si bien es importante hablar con los niños sobre el amor de Al’lah Ta’ala, Rasulul’lah ﷺ y el Sagrado Corán, aún más importante es que los niños sean testigos de este amor en la vida de sus padres (a través de su compromiso con El Din y la sunna), tal como la lección, enseñada con ejemplos, es la que penetra en los recovecos más profundos del corazón.
El cuarto vínculo de amor es el vínculo de amor que cada padre comparte con sus hijos. Rasulul’lah ﷺ, a través de su bendito y hermoso ejemplo, también nos enseñó que debemos nutrir este vínculo mostrando y expresando amor y afecto a nuestros hijos. Por lo tanto, se informa que en una ocasión, Rasulul’lah ﷺ besó a su amado nieto, Hasan (radillal’laju anju). En ese momento, Aqra Bin Habis (radillal’laju anju) estaba sentado con Rasulul’lah ﷺ. (Al presenciar el afecto y el amor que Rasulul’lah ﷺ había expresado), mencionó: “De hecho, tengo diez hijos, pero no he besado a ninguno de ellos. (Al escuchar esto), Rasulul’lah ﷺ lo miró y dijo: “El que no muestra misericordia no se le mostrará misericordia (por parte de Al’lah Ta’ala)”. (Sahih Bujhari # 5997)
Junto con abrazar y besar a nuestros hijos, también debemos pasar un buen tiempo con ellos y hablarles con amor para que podamos unirnos a ellos. Por lo tanto, encontramos en el hadiz que Rasulul’lah ﷺ una vez llevaba a su amado nieto, Hasan (radillal’laju anju), en sus benditos hombros, cuando una persona se dirigió a Hasan (radillal’laju anju) y alegremente le comentó: “¡Qué excelente transporte estás montando!” (Al escuchar esto), Rasulul’lah ﷺ agregó: “¡Y qué excelente jinete es!”. (Sunan Tirmizi # 3784) Esta acción de Rasulul’lah ﷺ mostró el amor que expresó al tratar con su amado nieto, Hasan (radillal’laju anju).
El ilustre Sajabi y el segundo califa del Islam, Umar (radillal’laju anju), una vez mencionó: “Cuando un hombre está entre su familia (en casa), entonces debe ser como un niño (es decir, debe bajar su nivel y conducta de una manera ligera e informal para mostrar amor y vínculos con ellos)”. [Al-Muyalasah – Dinawari # 1038]
El gran Imam, Ibrahim Najhai (rajimajul’lah), también mencionó lo mismo, sin embargo, agregó además que si la familia de un hombre le exige que viole alguna ley del Din, entonces debería ser firme en su Din (es decir, debe corregirlos y no permitir que lo hagan. [Nawadirul Usul Vol. 4, pág. 17]
Cuando un creyente es firme en su amor por Al’lah Ta’ala y Rasulullah ﷺ, entonces, a lo largo de su vida, permanecerá en el camino recto, ya que nunca querrá disgustar o decepcionar a su amado. No importa los desafíos que enfrente de la gente, no se sentirá abrumado ni abatido. No sufrirá una insuficiencia emocional ni se encontrará a las puertas de la depresión. Más bien, en todas las circunstancias, encontrará consuelo en su vínculo de amor con Al’lah Ta’ala y Rasulul’lah ﷺ. Además, cuando los padres tienen un fuerte vínculo de amor con sus hijos, entonces sus hijos recurrirán a ellos de forma sencilla y sincera para obtener orientación en la vida y aceptaran sus consejos.
Que Al’lah Ta‘ala infunda su verdadero amor en nuestros corazones y los corazones de nuestros hijos, y que nos bendiga para disfrutar de las relaciones amorosas con nuestros hijos, Amén.