لَتُبْلَوُنَّ فِي أَمْوَالِكُمْ وَأَنفُسِكُمْ وَلَتَسْمَعُنَّ مِنَ الَّذِينَ أُوتُوا الْكِتَابَ مِن قَبْلِكُمْ وَمِنَ الَّذِينَ أَشْرَكُوا أَذًى كَثِيرًا ۚ وَإِن تَصْبِرُوا وَتَتَّقُوا فَإِنَّ ذَٰلِكَ مِنْ عَزْمِ الْأُمُورِ ‎﴿١٨٦﴾‏

Van a ser probados en sus bienes materiales y en sus personas. Oirán ofensas de aquellos que han recibido el Libro antes que ustedes y de los idólatras. Pero tengan paciencia, temor de Dios, y sepan que esto requiere entereza. [sura: Ali Imran, aleya: 186]

Según algunos comentaristas, cuando la aleya, “¿Quién es el que le daría a Al’lah un buen préstamo?” [sura: Baqarah, aleya: 245] se reveló, un judío llamado Finhas reaccionó comentando: “Ciertamente, Al’lah es pobre y nosotros somos ricos”. [sura: Ali Imran, aleya: 181] Esta declaración absurda enfureció profundamente a Abu Bakr (radiyal’lahu anhu) y lo abofeteó. El judío entonces se quejó ante Rasulul’lah (sallallahu ‘alaihi wasallam) sobre él y esta aleya fue revelada posteriormente.

Según otros, se reveló con respecto a  Kab Bin Ashraf que decía poesía difamatoria sobre Rasulul’lah (sallallahu ‘alaihi wasallam) y se burlaba de los musulmanes. Esta aleya también podría referirse a los judíos y los politeístas en general, quienes lanzaban declaraciones abusivas a los musulmanes por medio de las cuales, naturalmente, los musulmanes se entristecían.

No obstante, esta aleya instruye a los musulmanes que no deben mostrar debilidad cuando se trata de gastar su riqueza y usar sus vidas para proteger al Din. También es un consuelo para los creyentes en este sentido que Al’lah Ta’ala les informe de antemano que serán probados con diferentes calamidades en términos de pérdida de riqueza y vidas y escuchar declaraciones abusivas e insultantes de otros. Por lo tanto, si una persona ya sabe que estas cosas van a suceder, estará mentalmente preparado para ello al aceptar que se espera que sucedan en la vida de un creyente y no se sentirá abrumado por la situación. Más bien, comprenderá que todo esto no es más que una prueba para él.

Al’lah Ta’ala luego explica que lo mejor para una persona es observar la moderación, ser paciente y enfocarse en su objetivo real en la vida, que es lograr el estado perfecto de Taqwa. Al hacerlo, una persona no se verá muy afectada por las declaraciones abusivas de los incrédulos ni estará demasiado preocupada para responderles.

Aprendemos de esta aleta que cuando las personas nos lanzan declaraciones abusivas innecesarias o nos insultan, entonces no debemos molestarnos en responderles, como está dicho: “El silencio es la mejor respuesta para un tonto”. Más bien, debemos ser pacientes y concentrarnos en cosas más constructivas de la vida. Porque, de hecho, la ayuda de Al’lah Ta’ala siempre está con aquellos que son pacientes y su recompensa es únicamente de Al’lah Ta’ala.

[Adaptado de Ma’ariful Quran vol. 2, pág. 255, Tafseer Qurtubi vol. 5, pág. 455 y Ruhul Ma’ani vol. 3, pág. 230]