El calor del sol… el frío del hielo… la humedad del agua…
Todos estos son elementos naturales que Al’lah Ta’ala ha creado en este mundo. Toda persona acepta la existencia de estos elementos y, en consecuencia, toma precauciones a su alrededor para salvarse de cualquier daño. Por lo tanto, al aventurarse bajo los deslumbrantes rayos del sol, una persona usará un sombrero para el sol, se aplicará una loción de protección solar y limitará su exposición a los rayos del sol para evitar sufrir quemaduras solares o una insolación.
Otro ‘elemento’ que Al’lah Ta’ala ha creado en el mundo es la fuerza de la gravedad. La fuerza de la gravedad es una realidad tan concreta e innegable que toda persona se ve afectada por ella y nadie puede negar su existencia. Ya sea grande o pequeño, bajo o alto, todo es atraído por la tierra debido a la fuerza de la gravedad.
En consecuencia, las personas entienden que debido a la gravedad, si se resbalan, se caerán y sufrirán una lesión. ¡En ciertos casos, la caída puede incluso resultar en la muerte! Por lo tanto, para crear un entorno seguro y evitar que las personas se caigan y sumerjan su peligro, todas las áreas potencialmente peligrosas están protegidas. Se instalan pasamanos en escaleras y barandillas a lo largo de balcones, etc.
La importancia de crear un ambiente seguro para todos se enfatiza mucho y se aplica rigurosamente. Por lo tanto, si una persona no instala una barandilla en su local comercial, y uno de sus empleados o un cliente se resbala y cae, corre el riesgo de una demanda. Del mismo modo, si se estaba realizando algún trabajo de mantenimiento y el área no se acordonó, y un transeúnte resultó herido por la caída de escombros, entonces existe una alta probabilidad de que demande a las personas que realizan el trabajo de mantenimiento.
En estos ejemplos, aunque es posible que las personas lesionadas no fueran lo suficientemente cautelosas y atentas, encontramos que aquellos que fueron responsables de comprometer la seguridad del medio ambiente también son considerados responsables y culpables. Debido a que cuando comprendían los riesgos causados por la gravedad y entendían que sus acciones podrían afectar a otros y causarles daño, debían haber mostrado más preocupación y consideración hacia quienes los rodean.
De la misma manera, otro ‘elemento’ que Al’lah Ta’ala ha creado es el de la ‘gravedad’ o atracción natural que existe entre hombres y mujeres. Así como la gravedad trae consigo ciertos riesgos, como caerse y sufrir una lesión, la atracción natural entre hombres y mujeres comparte el mismo riesgo: el riesgo de resbalarse y caer en Fitnah y pecados.
La shariah del islam es la más perfecta y práctica, y ha tenido en cuenta este elemento de atracción natural entre hombres y mujeres. En consecuencia, así como se colocan barandas de seguridad en áreas donde uno puede resbalarse y caer, la shariah ha colocado ciertas ‘barandillas de seguridad’ para evitar que hombres y mujeres se resbalen y caigan en Fitnah que los conducirán al Yajannam.
Estas ‘barandillas de seguridad’ son las leyes de Purdah (hiyab), y mediante el cumplimiento de estas leyes, se preservará la pureza y la castidad del medio ambiente y se salvaguardará el Iman de las personas.
Desafortunadamente, hay un concepto erróneo entre muchas personas hoy en día de que una mujer es libre de vestirse (o mejor dicho desvestirse) como le plazca, y es responsabilidad exclusiva del hombre cuidar su mirada, abstenerse de hechar miradas lujuriosas y proteger su pureza. Sin embargo, así como una persona que no levanta una barandilla será responsable por los que se resbalan y se caen, tales mujeres sin duda comparten la culpa por el aumento desenfrenado de la inmoralidad que continúa plagando a la sociedad.
Por lo tanto, Rasulul’lah (sallallahu ‘alaihi wasallam) dijo: “El ejemplo de la mujer que se pavonea con prendas atractivas (mostrando orgullosamente su belleza) entre otros aparte de su familia (es decir, ante hombres que no son Mahram) es el de la oscuridad en el Día de Quiyamah (es decir, ella será una personificación de la oscuridad)”. [Sunan Tirmizi #1167]
Con el aumento de la inmoralidad en la sociedad, ha comenzado a surgir una serie de otros males, como un aumento en la tasa de violaciones, el acoso sexual, etc. Si bien la violación nunca será tolerada y el violador nunca será absuelto de su responsabilidad, hay que decir que una mujer que sale de casa, escasamente vestida, y luego marcha por las calles, está simplemente tentando a la fuerza de la ‘gravedad’.
El dueño de una joyería entiende la ‘gravedad’ y la atracción que existe entre su oro, plata y joyas y los ladrones que desean adquirirlas indebidamente, por lo que las mantiene seguras detrás de múltiples medidas de seguridad. Nunca será tan tonto e ingenuo como para dejarlas a la vista y, después de que se los roben, sentarse y retorcerse las manos con remordimiento, lamentando la difícil situación de los criminales de la sociedad. Más bien, siendo una persona realista y práctica, que valora sus joyas, las guarda detrás del ‘Purdah’ de barreras de seguridad, guardias armados, etc.
Por lo tanto, encontramos que cada gravedad es reconocida en la sociedad actual y se inician medidas de seguridad para evitar que las personas sufran daños. Es solo la ‘gravedad’ de la atracción natural entre hombres y mujeres la que se pasa por alto convenientemente y se ignora deliberadamente, y la razón de esto es que los valores de pureza, castidad y Jallá, que son parte integral del islam, no se valoran en absoluto por la sociedad occidental actual.
Por lo tanto, se introducen escuelas mixtas (entre hombres y mujeres), se insta a las mujeres salir a trabajar, se normaliza la desnudez y se fomentan las relaciones prematrimoniales, y luego a partir de entonces, cuando los matrimonios comienzan a romperse, ocurren embarazos de adolescentes fuera del matrimonio, la tasa de violación aumenta, el SIDA y otras ETS (enfermedades de transmisión sexual) se propagan y otros males similares comienzan, la gente culpa a todos y cada uno de los factores APARTE de la causa raíz: -el abandono de Jallá y Purdah.
Que Al’lah Ta’ala nos abra los ojos a la belleza y perfección del islam, que nos bendiga con el Nur de la sunna en nuestras vidas, y que haga que nuestros corazones se complazcan con la shariah del islam, amén.