La esposa de Muftí Muhammad Shafí (rahimahul’lah) – Segunda parte
La esposa de Muftí Muhammad Shafí (rahimahul’lah), Nafisah Jatun (rahimahal’lah), perteneció a esa época en la que el regazo de una madre no era sólo una cuna para el niño; más bien, también era un centro vibrante de aprendizaje y crianza. Además, no educaban a sus hijos sólo con libros, sino también con su vida práctica.
Muftí Muhammad Taquí Usmani (hafizahul’lah) escribe sobre su madre: “Aunque ella no se había graduado de un colegio, universidad o madrasa, y su educación se limitó al Corán y la educación básica islamica que se impartía en casa, poseía un carácter tan impecable y una forma de educar tan (única) que ni siquiera se encuentra en mujeres profesionales que poseen altas calificaciones. La paciencia, la alegría, el trabajo duro, el sacrificio, el dar preferencia a los demás y el coraje eran su segunda naturaleza”.
Además de ser una excelente madre, también se desempeñó como maestra solidaria para sus hijos. Cuando la familia se mudó a Pakistán, todavía no se habían establecido escuelas islámicas organizadas. Por lo tanto, le había enseñado a su hijo, Muftí Muhammad Taquí Usmani (hafizahul’lah), los libros elementales en urdu. De esta manera adquirió la base de sus habilidades de alfabetización (en la que posteriormente destacó enormemente) a través de su querida madre.
[Nuqush-e-Raftaga págs. 160 – 161]
Lecciones:
1. El papel de una madre en el hogar y especialmente en la vida del niño es sumamente vital e integral. Como dice el refrán, “la mano que mece la cuna, gobierna el mundo”. El regazo de la madre ha sido generalmente el primer aula y el lugar donde se criaron todas las grandes personalidades. Muchas grandes luminarias de la historia islámica eran, de hecho, huérfanas y fueron criadas por sus madres. Sin embargo, esto sólo es posible si la madre se centra en educar a su hijo e inculcarle verdaderos valores.
2. “Las acciones hablan más que las palabras” es un principio aceptado. Al igual que se aplica a otras situaciones, juega un papel importante en la crianza de los hijos. Los rasgos nobles y los grandes valores que un padre posee y muestra, tienen un efecto duradero y una impresión indeleble en la mente impresionable del niño y generalmente le sirven como una brújula moral a lo largo de su vida.