[Hatim Asam (rahimahul’lah) – Segunda Parte]

En una ocasión, después de que Hatim (rahimahul’lah) hubiera pasado treinta años en compañía de su Sheyj (jeque) y maestro, Shaquiq Balkhi (rahimahul’lah) [Sifatus Safwah vol. 2, pág. 340], Shaquiq (rahimahul’lah) le preguntó: “¿Qué has aprendido (de mí) durante todo este momento que me has acompañado?

A pesar de pasar un periodo de tiempo tan largo en su compañía, Hatim (rahimahul’lah) le respondió que había aprendido (solo) seis lecciones. Asombrosamente Shaquiq (rahimahul’lah) le preguntó cuáles eran estas seis lecciones, Hatim (rahimahul’lah) las explicó de la siguiente manera:

Primera lección: “He visto a todos en duda (y preocupados) con respecto a (su) sustento, [por lo tanto, confían en algo como su fuente de sustento: sus negocios, etc.] entonces yo puse mi confianza en Al’lah Ta’ala (debido a que Él dice),

وَمَا مِن دَآبَّةٍ فِى ٱلْأَرْضِ إِلَّا عَلَى ٱللَّهِ رِزْقُهَا

“No existe criatura en la Tierra sin que sea Al’lah Quien la sustenta,…”. [sura: Hud, aleya: 6]

Puesto, me di cuenta de que soy (también) una de estas criaturas (de cuyo sustento se ha ocupado Al’lah Ta’ala). Por lo tanto, no me sumergí en algo de lo que mi Rab (Señor) se ha hecho responsable por mí”. Al escuchar esto, Shaquiq (rahimahul’lah) le dijo: “¡Excelente! ¿Cuál es la segunda (lección)?”.

Segunda lección: Hatim (rahimahul’lah) continuó, “He notado que cada persona tiene un amigo con quien comparte sus secretos y quejas. Entonces pensé en buscar a alguien con quien pudiera hacerme amigo, (pero al darme cuenta de que) cada amigo y hermano solo permanece hasta la muerte. Por lo tanto, decidí tomar un amigo que estará conmigo (incluso) después de la muerte. Por lo tanto, me hice amigo de las buenas obras para que permanezcan conmigo hasta el momento del Juicio Final, puedan cruzar el Sirat (puente sobre el Infierno) conmigo y puedan mantenerme firme frente a Al’lah Ta’ala”. A esto Shaquiq (rahimahul’lah) le respondió: “¡Correcto! ¿Cuál es la tercera (lección)?”.

Tercera lección: Hatim (rahimahul’lah) dijo: “He visto que todos tienen un enemigo. Decidí ver quién era (realmente) mi enemigo. (Así me di cuenta de que) el que me calumnia no es mi enemigo, ni el que me quitó algo. Más bien, mi enemigo es el que me ordena desobedecer a Al’lah Ta’ala cuando estoy en Su obediencia. Entonces, ví que este es Iblis y su ejército, por lo que los he tomado como enemigos. Les he declarado la guerra, he puesto la cuerda en mi arco y he posicionado mi flecha (hacia ellos), sin permitir que él (Iblis) se acerque a mí”. Shaquiq (rahimahul’lah) exclamó: “¡Excelente! ¿Cuál es la cuarta (lección)?”

Cuarta lección: Hatim (rahimahul’lah) le explicó: “Me he dado cuenta de que hay alguien que persigue a cada persona (y se apodera de ella) un día (u otro). He visto que esa (persona) es el Ángel de la Muerte. Por lo tanto, he liberado mi alma para él para que el día que venga, no tenga que retener (mi alma) de él y procederé (felizmente) con él”. Al escuchar esto, Shaquiq (rahimahul’lah) le dijo: “¡Excelente! ¿Cuál es la quinta (lección)?”

Quinta lección: Hatim (rahimahul’lah) mencionó además: “Reflexioné sobre la creación (y me di cuenta de que) amo a algunos y odio a otros. (Sin embargo,) al que amo no me ha dado (nada para que yo lo ame), y al que aborrezco no me ha quitado nada (lo que causaría odio hacia él en mi corazón). Por lo tanto, (caí en retrospectiva y) me pregunté (a mí mismo), ‘¿Sobre qué base has desarrollado esto?’ Entonces me di cuenta de que había desarrollado esto debido a los celos. Por lo tanto, he evitado los celos de mi corazón y (ahora) amo a todos. (Ahora,) todo lo que no me gusta para mí, no me gusta para ellos (también)”. A esto Shaquiq (rahimahul’lah) le respondió: “¡Excelente! ¿Cuál es la sexta (lección)?”

Sexta lección: Hatim (rahimahul’lah) concluyó diciendo: “Me he dado cuenta de que todos tienen una casa y una morada, mientras que me he dado cuenta de que mi (real) morada es la tumba. Por tanto, cualquier bien que pueda realizar, lo envío (al Más Allá) por mí mismo para que pueda amueblar mi tumba (con él), porque en verdad, si la tumba no está amueblada, no será posible vivir en ella”.

Después de escuchar estas lecciones, Shaquiq Balkhi (rahimahul’lah) le instruyó a Hatim (rahimahul’lah) así: “Manténte firme en estas seis cualidades porque no necesitarás ningún otro conocimiento aparte de este”. [Hilyatul Awliya vol. 6, pág. 316]

Nota: Imam Ghazali (rahimahul’lah) ha mencionado otra versión de este incidente, que contiene ocho lecciones. [Ihyau Ulumid Din vol. 1, pág. 277]

Una de las gemas de la sabiduría de Hatim (rahimahul’lah) fue: “Una calamidad en el Din es (mucho) peor que una calamidad mundana. Sin embargo, cuando mi hija falleció, más de diez mil personas me consolaron, mientras que cuando perdí la congregación de un Salah, ni una sola persona me consoló”. [Mufidul Ulum pág. 268]

Hatim (rahimahul’lah) dejó esta morada temporal en el año 237 D.H. [Al-Muntazam vol. 11, pg. 255]

Lecciones

1. Para que una persona adquiera las verdaderas cualidades del Iman (fe) y se convierta en un musulmán práctico, es extremadamente importante que adopte la compañía de los piadosos y permanezca bajo su guía durante un largo período de tiempo. Los Sahabah (radiyal’lahu anhum) se convirtieron en los mejores de la creación después de los Ambiya (alaihimus salam) por estar en compañía de Rasulul’lah ﷺ. De la misma manera, Hatim (rahimahul’lah) se convirtió en quien era al permanecer en compañía de su Sheyj (jeque), Shaquiq (rahimahul’lah), durante 30 largos años y aprendió de él estas importantes lecciones.

2. Cuando una persona está convencida de la naturaleza temporal de este mundo y la naturaleza eterna del Más Allá, comprende la gran importancia del Din y la insignificancia del mundo material. Por lo tanto, podrá manejar una calamidad que afecte sus posesiones materiales, mientras que una pérdida para su Din será insoportable.