El nombre de Salahuddin Ayyubi (rahimahul’lah) es sinónimo de Palestina y de la mezquita Al-Aqsa. Es un nombre que trae gran alegría al corazón de un musulmán incluso hoy en día y refresca los recuerdos de la conquista y liberación de la mezquita Al-Aqsa después de un gobierno bárbaro de ochenta y ocho años por parte de los incrédulos. Esta conquista, sin embargo, fue la culminación y el fruto de muchos años de esfuerzo y determinación, respaldados por un alto nivel de espiritualidad y una fuerte conexión con Al’lah Ta’ala.

No mucho después de que Salahuddin (rahimahul’lah) liberara la mezquita de Al-Aqsa, el ejército de los Francos llegó una vez a un lugar llamado Bayt Nubah, que estaba a menos de un día de viaje desde Jerusalén. Los espías de Salahuddin (rahimahul’lah) le informaron que los incrédulos habían decidido marchar sobre Jerusalén y luchar por la ciudad. Esta noticia creó miedo en los corazones de muchos musulmanes.

Salahuddin (rahimahul’lah) convocó a los distintos líderes musulmanes, les informó de la situación y les dijo que sentía que los musulmanes debían permanecer en Jerusalén y defender la ciudad. Los líderes le respondieron que permanecerían en la ciudad, pero que él debía salir a rodear al enemigo y detenerles el suministro de provisiones. Por su respuesta, Salahuddin (rahimahul’lah) dedujo que deseaban que él saliera afuera, ya que no querían defender la ciudad.

La falta de apoyo por parte de estos líderes lo dejó en una situación grave y no sabía qué hacer. Fue superado por la preocupación hasta el punto de que no durmió en toda la noche. Finalmente, a la mañana siguiente –que era un viernes por la mañana– después del Salah de Fayr, un ulema con quien disfrutaba de una relación muy estrecha, Ibnu Shaddad (rahimahul’lah), le dijo: “Tengo una idea que podrá ayudarnos a resolver nuestro problema”.

Ibnu Shaddad (rahimahul’lah) luego le dijo a Salahuddin (rahimahullah) que después de tomar el Gusl sunna de Yumuah, antes de ofrecer el Salah de Yumuah en la mezquita, que diera algo de caridad en secreto. A partir de entonces, entre el Azan y el Iqamah del Yumuah, ofreciera dos Rakat Salah, y durante la Saydah suplicara y rogara a Al’lah Ta’ala que lo ayude (ya que las súplicas son muy aceptadas entre el Azan y el Iqamah además era la ocasión del Yumuah). También le aconsejó que suplicara a Al’lah Ta’ala así: “Oh Al’lah, mis medios mundanos para ayudar a tu Din se han agotado. La única opción que me queda es recurrir hacia Ti, aferrarme firmemente a Tu cuerda y confiar en Tu gracia. Eres suficiente para mí y Eres un excelente dispensador de los asuntos”.

Salahuddin (rahimahul’lah) tomó en serio su consejo y realizó una súplica, expresando tal impotencia y desesperación ante Al’lah Ta’ala que sus lágrimas cayeron sobre la Musal’lah. Al’lah Ta’ala aceptó su súplica y le concedió asistencia divina. Creó disensión y desunión entre los incrédulos y, como  resultado, el lunes por la mañana todos se marcharon y abandonaron el área. [An-Nawadirus Sultaniyyah pág. 38]

Lecciones:

1. Siempre que un creyente atraviesa alguna dificultad, no importa cuán grave sea, siempre tiene un recurso: recurrir a Al’lah Ta’ala en Dua. De hecho, la súplica es el mayor recurso y arma, como dijo Rasulul’lah (sallallahu ‘alaihi wa sallam) en una ocasión: “¿No te gustaría que te muestre algo que te salve de tus enemigos y aumente tu sustento? Haz Dua ante Al’lah Ta’ala día y noche. Porque, de hecho, la súplica es el arma de un creyente”. [Abu Yala – Maymauz Zawaid #17153] Por lo tanto, siempre que nos enfrentemos a cualquier dificultad, especialmente la situación actual de la umma en Palestina y en todo el mundo, debemos recurrir a Al’lah Ta’ala en Dua, ya que esto es el arma y el recurso más eficaz de un creyente. Qué desafortunado es hoy en día que nos involucramos en discusiones innecesarias sobre la difícil situación de la umma, pasamos muchas horas siguiendo las últimas actualizaciones de noticias y acudimos a todas las puertas, antes de darnos cuenta de que solo hay una puerta y que solo hay un Ser cuya atención necesitamos: Al’lah Ta’ala.

2. Mantenernos en estrecho contacto con los piadosos ulemas y tomar en serio sus consejos es un medio para obtener la cercanía divina de Al’lah Ta’ala y protegernos de tomar decisiones incorrectas. Este aspecto se encontró en gran medida en la vida de Salahuddin (rahimahul’lah), así como en muchos otros líderes rectos de la umma musulmana. Nosotros también debemos mantenernos en contacto con nuestros piadosos ulemas escuchando sus charlas y siguiendo sus consejos.

3. Si bien Salahuddin (rahimahul’lah) poseía grandes habilidades de liderazgo y experiencia militar, el secreto de su éxito fue sin duda la conexión especial con Al’lah Ta’ala que disfrutaba. Por lo tanto, en un momento en que su ejército no le ofreció el apoyo que deseaba y no tenía otro recurso, rogar e implorar a Al’lah Ta’ala fue suficiente para cambiar el rumbo a su favor y ahuyentar a los incrédulos.